sábado, 12 de febrero de 2011

Egipto y la caída de Mbarak

Que recuerde, así de pronto, sólo me acuerdo de la revolución de los claveles, en Portugal, en la que el ejercito echó a un dictador por la fuerza de las armas, aunque no hubo derramamiento de sangre. Pero era un ejército concienciado e influenciado por las injustas guerras coloniales que le tocó librar, además fueron los oficiales jóvenes los que tiraban del carro, algún general, incluso, planteó un golpe contrarevolucionario. Al final quedó lo que tenemos de aquella revolución: una democracia burguesa como otra cualquiera, pero con unos niveles minimamente aceptables de libertades.


Hay adivinos, futurologos, polítólogos, sociólogos, historiadores, cronistas... etc. Todos estudian la historia, el presente o el futuro, y yo, que no soy nada de eso, desconfío muchísimo de una "revolución" en la que se sustituye a un presidente ex-militar por la misma cúpula militar que éste tenía bajo su mando y que le sostenía.

Sinceramente no espero ningún cambio de esta gente, menos aún cuando están apoyados por las grandes potencias, se tratará, seguramente, de cambiar algo para que nada mas cambie, como suele ser habitual.

Y a un pueblo deseoso de libertades, pero ignorante en materia política, ya se habrán encargado en treinta años de desanimarlos a todos, será fácil de engañar, salvo que se dé una de estas situaciones:
A) Que un movimiento civil verdaderamente revolucionario con gran apoyo popular (que no existe) exija  y lidere el cambio político democrático.
B) Que un movimiento religioso con gran apoyo popular (que si existe) exija y lidere un cambio político regresivo.

Y esta situación puede trasladarse a muchos otros países de ese ámbito geográfico y religioso.

Así que salvando a los afectados, no veo el motivo de la celebración por ninguna parte.

3 comentarios:

  1. Agudo y preciso, Carlos.

    Quizás el motivo de alegría para unos sea el evadiese de sus propios problemas por unos días y para otros el sentarse de nuevo ante el tablero y mover ficha para repartirse una tarta recién horneada.

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  2. ¿De qué otra manera cabe vender por la televisión un cambio político en un país amigo, dictatorial, pero muy amigo de nuestros aliados? Pues como una victoria del pueblo frente a un dictador. Por su puesto que las potencias aliadas ya habían apuntado a que se debía dar un giro en la política de Mubarak...

    Ojo, que no digo que Mubarak no fuera un dictador, solo Berlusconi tiene los coj... de hablar bien de Mubarak y defenderlo (al fin y al cabo son del mismo gremio).

    Estos demócratas son unos listos, democracia siempre y cuando no tengamos la capacidad de manipular para ser una dictadura. Así el ejemplo de Egipto, Argelia, Marruecos y demás, que siguen siendo dictaduras, aquí el ejemplo de la estrategia de control neoliberal, España, Francia, Estados Unidos... Y los que andan con un pie en un modelo y otro: Italia.

    Volviendo a Egipto, dudo mucho de la visión que nos quieran dar de las pretensiones del pueblo egipcio. Salen a la calle para quitarse de encima a Mubarak, pero nada más, ¿qué es lo que buscan? Pues en la antigua Roma, un esclavo habría querido tener un amo bueno y rico, y en Egipto, sea cual sea la elección, sucederá lo mismo, es decir, no se convertirá en una república libre e independiente, sino que seguirá a las órdenes de las presiones occidentales para mantener a raya el islamismo o, todo lo contrario, Egipto se unirá a los países islámicos que no separan el poder político del religioso. La vía media puede ser el modelo Turco, pero hasta el día de los hechos todo son conjeturas.

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  3. Ciertamente, una cosa son las aspiraciones del pueblo, que en este caso me da que lo que pide es pan (algo bien sencillo de dar, sobre todo cuando se da circo también) y otra cosa lo que desee una pequeña élite intelectual y económica, Al Baradei por ejemplo, que puede ser un Estado mas moderno, con mas libertades y menos corrupción. El problema es que hay un factor, el religioso, que puede volver las tornas a todos: dejar al pueblo igual de hambriento, pero con fé, a los intelectuales igual o mas reprimidos que antes y a los "países amigos" con un problema como el de Irán. La solución, puede ser igual que en Turquía es decir una "democracia tutelada" por el ejército, amiga y socio, hasta un límite, de los países occidentales. Pero si eso no lo queremos para nosotros, porqué va a ser bueno para los egipcios o los turcos. Hay que dejarse de monsergas, si queremos democracia hay que rechazar, no sólo de palabra, a las dictaduras, aunque se vistan con ropajes democratas, que el hábito no hace al monje, y si ganan los islamistas pues ajo y agua y a esperar que una verdadera estructura democrática permita el cambio. Lo malo es que la democracia, en donde vivimos nosotros, también es mas una cuestión formal que real y las aspiraciones del pueblo para que los demás países gocen de libertad aquí están interpretadas por unos políticos sin control que no tienen en cuenta los deseos de sus votantes.

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