viernes, 5 de noviembre de 2010

La invitación

Esta mañana escuché en la radio al papa Benito XVI, que en un castellano bastante correcto, nos invitaba a los actos que presidirá en Santiago de Compostela y en Barcelona, me quedé algo sorprendido, pues una gran parte de los costos de esa visita son por cuenta del Estado (entiéndase las comunidades autónomas, el gobierno central, los ayuntamientos, todo eso es el Estado). Y si eso es por cuenta del Estado es que sale de los impuestos de los ciudadanos, de los míos también, que soy contribuyente generoso, y por tanto aquí, el que invita, no es él, sino nosotros.

Ya es bastante lacra que todavía estemos pagando la desamortización de Mendizabal, después de todo el daño físico, moral, económico y cultural que la iglesia ha hecho a España y a los españoles durante muchos siglos, todavía tenemos que compensar y sostener una organización que, además, se enfrenta al Estado continuamente, cuando no son, paradójicamente, los representantes del Estado, el gobierno, los que acuden al Vaticano a "abordar" con el papa las leyes que se han de aplicar en el país que representan. Si, porque representantes del gobierno español han acudido al Vaticano a ofrecer explicaciones sobre proyectos de ley que serán de aplicación solamente en España (véase el enlace al final). Algo inconcebible, como si el presidente del gobierno, antes de someter a las cortes la ley de circulación de vehículos a motor o la ley de sanidad fuera a Ucrania o al Japón a discutirla con el presidente o el emperador de aquel país.

Ya es hora de que en España se eliminen los privilegios que tiene la iglesia católica, la desamortización ya se pagó y las leyes las deben aprobar los organos democráticos que tienen potestad para ello, hay que decirle al gobierno que ejerza la soberanía nacional, que para eso está y si al papa, al imám de Tarrasa o al pastor mayor de la iglesia evangélica no le gusta una ley, pues que se presenten a las elecciones si legalmente pudieran hacerlo y la cambien.

Las organizaciones religiosas, los sindicatos, las asociaciones deportivas y culturales, etcétera, deben financiarse con sus propios recursos y, si no pueden, que cierren, pues significará que a los ciudadanos les importan un pito.

Y, por supuesto, las copas del papa que se las pague él y si no, que no beba, que el alcohol no es bueno y hay que dar ejemplo a la juventud.

 http://www.elpais.com/articulo/espana/Zapatero/Papa/abordan/ley/libertad/religiosa/educacion/encuentro/cordial/elpepuesp/20100610elpepunac_1/Tes

No hay comentarios:

Publicar un comentario